Por su energía y la alegría que aporta al entorno, el amarillo en todas sus variantes es el color de la primavera. Pero no entendamos la primavera como una estación del año sino como un estilo de vida, un sentimiento, un fenómeno decorativo que perdura y puede disfrutarse los 365 días.00Esta tonalidad es cálida y vitamínica a parte iguales. A su vez, es un color que aporta luz a las estancias, ideal para aplicarse en pequeñas o en grandes dosis porque se adapta a las necesidades del entorno. Sin embargo, la gran ventaja del amarillo es su versatilidad, ya que puede combinarse con una gran variedad de materiales y tonalidades: Con blanco, conseguimos un resultado muy luminoso y alegre; si lo combinamos con madera cerámica obtenemos un espacio más cálido y otoñal; o si buscamos un estilo más contemporáneo y urbano siempre podemos acompañarlo de cemento cerámico.
 
 
Sea como sea, la vitalidad del amarillo no pasa desapercibida y convierte cada espacio en un lugar único y de lo más optimista. ¿Te atreves con él"

...