El origen de los azulejos hidráulicos se remonta en Italia durante el Renacimiento. En el siglo XIX en la exposición universal de París en 1867, se presenta una alternativa a los revestimientos de aquella época. Durante el siglo XX, el mosaico hidráulico alcanza su mayor auge, inspirado en la estética del Modernismo, en los que priman los diseños con gran riqueza cromática, y todo tipo de dibujos florales, vegetales, y formas geométricas.
Hoy en día el interés que despierta en los arquitectos y otros artistas de ésta época, hace que se consigan diseños y acabados únicos, que hace que en la actualidad quieran recuperar estos materiales de derribo en casas señoriales de las grandes ciudades, rescatando del olvido magníficas piezas de mosaico hidráulico escondidas bajo otras capas de revestimiento posteriores.
Javier de Riba, y su proyecto ?Floors?, es un claro ejemplo, intenta dar luz a lugares olvidados con la esperanza de que puedan volver a albergar vida.  Son porciones de tierra que han perdido todo su valor y que, con el paso del tiempo, han visto menguado su valor artístico. Sus intervenciones tienen lugar, por lo general, en lugares abandonados o medios derribados. Reproduciendo formas geométricas muy coloridas, basadas en los iconos de su ciudad durante los años 60, creados a partir de la técnica del stencil, muy común entre los artistas urbanos y que les permiten crear motivos geométricos perfectos que, a simple vista, juegan con el ojo del...