Acogedora como pocas, con una selección exquisita de muebles provenzales y vestida de tejidos naturales, ésta casa rodeada de bosque lo tiene todo para ser un refugio perfecto. Una sucesión de ambientes en los que se respira un dulce sabor a campo que se refleja en los techos de madera, en los elementos de forja, en los suelos de baldosas de barro a los que se une la suave paleta de colores escogida, que van del blanco roto al ocre con algunos toques melocotón que la llenan de calidez y atemporalidad.
Vía: Decordemon

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