Para vestir una ventana contamos hoy con gran variedad de opciones según el ambiente que se quiere conseguir. Para un ambiente  moderno, urbano y desenfadado,  podemos optar por estores plegables o enrollables, venecianas, paneles japoneses; si por el contario el ambiente es clásico, serio o regio optamos por pesados cortinones para dar más cuerpo combinado con visillos,  y podemos también ocultar la caja de persiana con un bandó. Con la cantidad de tipo de textiles existentes hoy en día, elegir un visillo blanco podrán sonar un poco pobre,  pero en cambio dan al ambiente, más que ningún otro, un aspecto etéreo, vacuo y romántico.  Me parece una imagen poética ver ventanas o vanos abiertos con ligeros visillos danzando al viento. Es también un recurso utilizado en el cine para evocar momentos románticos o por lo contario escenas de terror, para llevarnos  de viaje  a pequeños pueblos mediterráneos o a lejanos países de Oriente. Hablando de Oriente, cine y de visillos  evoco la inolvidable y poderosa  escena de la película ? El sueño de Alejandría? ( The Fall) de Tarsem Singh donde una espectacular cortina blanca, medio teñida de rojo sangre, soportada entre dos enormes pilotes de juncos, se erguía majestuosa en medio de paisaje árido y desolado. Toda la cinta es una orgía  de  gran colorido , fuerza visual y simbología. Recomendada. 
 

 
 
 
 

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