Hace dos veranos por fin tuve la oportunidad de conocer una ciudad que tenía en mi lista de imprescindibles desde hacía tiempo. En parte ha sido gracias a la apertura de mi tienda, que he ido enganchándome al estilo de vida escandinavo. Así que por fin me decidí a comprar unos billetes a Estocolmo, en el que iba a ser nuestro viaje en familia en agosto de 2017. De hecho, la idea era recorrer Suecia en coche, pero al final tuvimos que readaptarlo todo, ya que F. por motivos de trabajo, le era imposible venir. Así que para no perder 3 billetes, retrasé la ida, y viajamos solas mi hija mayor, Gala (en ese momento estaba embarazada de Uma per aún no lo sabía), y yo.

No hace falta que os diga que mucha gente de mi entorno veía demasiado atrevido volar sola a un país extranjero con una niña de 2 años y medio, pero lo cierto es que me inspiraba mucha confianza Estocolmo por los informes que había recopilado de otras personas que ya conocía la ciudad, y además contaba con mi experiencia de haber viajado muchísimo durante mi etapa de periodista deportiva. Así que encaraba esta aventura con cero miedo y mucha ilusión por vivir esta experiencia.
En total estuvimos 5 días, de viernes a martes, así que pudimos aprovechar muy bien el fin de semana. En primer lugar, creo que una de las claves para poder disfrutar al máximo la ciudad, fue la ubicación de nuestro apartamento. Nos alojamos en el barrio de Aspudden, en las afueras del centro, pero a 7 minutos camin...