Cientos de años separan el exterior y el interior de esta casa. Muros de piedra, testigos de la historia de Tel Aviv, forman parte ahora de una casa moderna y acogedora que poco tiene que ver con esos muros, pero que probablemente no tendría sentido sin ellos.

Pitsou Kedem Architect son los artícifes de esta maravilla de casa. Excavaron la piedra original, restauraron arcos y techos, dejando toda su estructura a la vista, mezclándolo con elementos modernos como el aluminio.

 

La piedra puede resultar un tanto fría, pero la iluminación indirecta le da la calidez que le falta.

El mobiliario es sencillo, de líneas puras y rectas, las paredes están desprovistas de toda ornamentación y el color es prácticamente ausente en las tres plantas de la casa.
La casa está llena de contrapuntos. El ambiente rústico convive en armonía con las partes nuevas de la casa, y en ambos parece que el silencio es el dueño.

Una casa antigua que mira al futuro, sin olvidar sus ráices, sin olvidar su barrio y la gente que la rodea, pero que no quiere morir, quiere seguir adelante, y para ello, la única manera que encuentra es adaptarse a los nuevos tiempos.

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