Situado en una antigua fábrica, esta casa totalmente encalada en su interior que sirve como un lienzo en blanco para la artista propietaria del loft Sashkia Folk, cuya colección de arte, muebles reciclados y detalles divertidos, son los protagonistas de este espacio. La edificación, fábrica de cuero de 1911 en Melbourne, fue renovada hace más de 20 años y se creó un espacio de tres dormitorios y dos baños, con uan zona social a modo de loft completamente abierta. Si bien no se realizó ningún trabajo estructural importante, los cambios decorativos y de look en los elementos y accesorios, fueron los estrictamente necesarios para tener la funcionalidad para una vida moderna del día a día. Mientras que la cocina se ha actualizado por completo, para el resto se trata de evitar introducir cualquier cosa demasiado contemporánea, siendo fiel a su amor por el reciclaje  y el bricolaje.
 
Con una serie de actuaciones para darle color y restarle frialdad a un espacio tipo loft de carácter industrial, las piezas son la clave del cambio. Cálidas, llenas de vibrantes colores y con personalidad propia, el nuevo uso que le da a la piezas viejas es perfecto. Destacan los grandes ventanales de hierro por lo que se introduce gran cantidad de luz natural, los techos altos y las paredes de ladrillo, que se conservan es su estado natural. Los textiles, las alfombras, las obras de arte colgadas de las paredes y la mayor parte de los complementos y decorativo...