Lo primero que me viene a la mente si pienso en Karim Rashid, juzgándole a priori, así sin conocerle de nada, es que es un tío con una creatividad sin límites y con una imaginación arrolladora. Lo del blanco y negro parece que no va con él. Si te vas a Google, y pones "ver imágenes de Karim Rashid" tu pantalla estalla de color. Otra cosa que parece que no le va mucho son las líneas rectas. Él se mueve en el mundo de las ondas sinuosas. Y así, entre las formas orgánicas y el "a todo color" entiende sus proyectos.
El Amoje Food Capital se encuentra situado en la ciudad de Seúl, y es un ejemplo claro de su forma de hacer y de proyectar un espacio. 
Entre los colores verde lima, azul y rosa como protagonistas, y las formas sensuales que te permiten materiales como el plástico, el espacio se vuelve casi vivo, te invita a que interactúes, te enseña el camino.

Siendo un poco informal diría que es un "restaurante con buen rollo". Sería difícil aportar más dinamismo y más alegría a este espacio. De esos sitios que transmiten buenas vibraciones y en los que es más fácil sentirse simpático y optimista. Si hasta dan ganas de darle un bocaito a algo, aunque sea de plástico.

Imágenes vía Karim Rashid

 

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