Aquellos que me siguen a diario conocen mis gustos en decoración. Es estilo country es el que me apasiona y el del 97 era un rústico puro y menos mezclado que el de la actualidad.Ojeando mi revista preferida de la época puedo ver que lo que se llevaba por entonces eran paredes con colores fuertes en la línea de los oscuros, pero muy acogedores. El rojo inglés, el verde bosque, el color teja, y el amarillo limón. Los textiles estaban muy coordinados, cuadros y flores, borlones y cordones abrazando las cortinas posadas sobre galerías forradas con diferentes formas. El color de los muebles era oscuro o un intermedio tirando a miel, el blanco se comenzaba a ver poco a poco, pero en pequeñas dosis. Algún apero de labranza se convertía en una honorable mesa de café. Y los muebles de culturas lejanas se dejaban caer a modo de pieza diferente por algún rincón de las casas españolas. Las paredes se adornaban con cuadros apunto de cruz y acuarelas, o algún maxicuadro impresionista, sin olvidar aquellos ángeles pensativos del Renacimiento. El boom inmobiliario de la época todavía no estaba en su máximo apogeo y aunque las familias abandonaban pisos pequeños en las grandes ciudades por grandes adosados en las afueras, creo que no  había tanta diversidad de estilos como ahora, y mas bien eran jardines tradicionales inspirados en la Provenza o en la Toscana,  con muchas plantas de hierbas aromáticas y mucho verde, celosías y mesas de forja.
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