Los mosaicos romanos son un elemento decorativo considerado como una pintura hecha de piedra. Compuestos por pequeñas piezas llamadas teselas. Estas son pequeñas piezas de forma cúbica, hechas de roca calcárea o de cerámica.

Para fabricar un pavimento hecho de mosaicos seguían una serie de pasos que con el tiempo se fueron perfeccionando. Lo primero que se hacía era diseñar el cuadro, después se hacia una división de acuerdo con el colorido. A continuación se sacaba una plantilla en tela de cada una de esas parcelas y sobre dicha plantilla se iban colocando las teselas siguiendo el modelo. Las teselas se colocaban invertidas, la cara buena pegada a la plantilla. Una vez estaba todo esto hecho, los expertos lo transportaban al lugar de colocación final. La colocación tampoco era sencilla. Esta era una labor muy importante ya que requería experiencia y habilidad. El suelo tenía que ser firme y estable pues una leve rotura de una sola tesela podía conducir a la degradación de toda la obra.
 Estas manifestaciones artísticas, a lo largo de la historia, nos han ofrecido datos sobre las costumbres, el folclore y los estilos de vida de algunas de las civilizaciones más interesantes y ricas que han habitado el planeta.
El último descubrimiento ha sido en la región de Valpolicella, en la provincia italiana de Verona, convirtiéndose, posiblemente en el mayor descubrimiento arqueológico del año.

Los mosaicos fueron encontrados unos metros por debajo de una hi...