A veces es difícil conseguir el equilibrio necesario para que un hogar sea cálido y sofisticado a la vez. Pero en esta casa ubicada en Sidney se ha logrado con creces. En las zonas de día los materiales que se han empleado son de procedencia natural: la madera es la tónica en todas las zonas tanto en el mobiliario como en el pavimento, las alfombras de fibra crean un juego de texturas sobresaliente, mientras que los techos inclinados con tragaluces permiten una buena ventilación y grandes dosis de luz.

Se apuesta por una gama de tonos neutros y tierras como un fiel reflejo a la naturaleza exterior, una manera de conectar el exterior y el interior a través de las enormes ventanas, que en el caso de la sala de estar, es panorámica, de dimensiones bien generosas.
Por contra, en las zonas más privadas hay un cambio de tercio. En las habitaciones se utilizan colores más sobrios con una gran presencia de la gama de los grises que son perfectos para acentuar una atmósfera sosegada y elegante. Pocos elementos decorativos salvo armarios empotrados y algún que otro cuadro en la pared dotan al espacio de un marcado minimalismo, en contraste con la zona de día, cálida y luminosa.

A una decoración exquisita se une una arquitectura sostensible con unas vistas impresionantes y una exclusiva piscina que se funde en el paisaje

Arquitecto: Designers in the city
Publicado con permiso de Desire to inspire

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