El sello de caucho está presente desde que, en el año 1866, JFW Dorman y su mujer creasen los sellos de caucho de la era moderna. Salió a la luz como un invento con gran éxito, tanto es así, que ya en el siglo XVIII había en el mundo 4.000 fabricantes de sellos de caucho.
Hoy en día, no hay comercio, tienda, empresa, colegio o, incluso, particulares que no tengan un sello que les ayuda a dar validez a un documento, estampar la fecha o, en general, trasmitir un mensaje. El sello de comercio es el sello de caucho más solicitado, aunque cada vez está más de moda diseñar un logo personal, bien sea para poder dejar tu propia marca estampada o como diseño para un momento especial. Aquí entra el, cada vez más de moda, diseño para las bodas o las comuniones. Ahora es prácticamente impensable no tener un sello que emplear en las invitaciones, en los sobres o en las etiquetas de los regalos. Esos logos suelen estar inspirados en la temática de la boda, los gustos de los novios, el estilo de la decoración o, simplemente, las iniciales de los protagonistas del evento. Básicamente, aglutinan la esencia de la celebración.
En el caso concreto de las bodas, existe todo un mundo paralelo dedicado a personalizar todos los detalles imaginables, y este tipo de sellos de caucho es, como decíamos, la personalización más reclamada entre los futuros matrimonios. Mediante este tipo de sellos lograremos que toda la papelería de la celebración tenga cohesión, puede decirse...