Esta entrada está dividida en dos partes.La primera bastante más elaborada que la segunda.Mucho más trabajosa a decir verdad.

Solo basta que veas lo que era este cuenco/ensaladera/fuente,en realidad no se bien como nombrarlo,pero el aspecto habla por si solo,era un verdadero desastre cuando lo encontré en una chatarrera de Uruguay.
Te juro que lo traje solo por el borde labrado e impecablemente conservado,y claro está por las patitas que no me digas que no son divinísimas.

Después de evaluarlo  bien me di cuenta que no podía salvar casi nada del plateado,pero si podía mantener el borde y las patitas que gracias a los dioses del óxido estaban bastante bien.

Me largué a lijar toda parte oxidada,cosa que fue bastante fácil,el problema llegó cuando quise retirar lo que quedaba plateado. No estaba pintado de plateado,era una película,como un recubrimiento,pero no salía fácilmente.

Con el óxido todo bien,pero con lo plateado no pude,así que decididamente tenía que pintar todo,en este caso tenía que ser si o si con convertidor de óxido.Yo lo uso blanco por que después es más fácil pintar arriba teniendo de base un color claro.

Obvio que a las patitas solo le pasé  antióxido en las partes que lo tenía,para poder conservar lo más posible el color original.Fue medio un laburito chino meterse en los recovecos con un pincelito finito.Hasta acá la parte tediosa y laboriosa del proyecto.

Ahora la parte más linda que era decorarlo.Y es...