Ya hace tiempo que la sociedad asumió que las fotos ya no son imágenes que tengan que reflejar la realidad de modo fiel. Retocadas antiguamente mediante fotomontajes y más tarde mediante programas de retoque fotográfico, las imágenes pueden ser manipuladas en unos pocos minutos por casi cualquiera que disponga de un ordenador y unos simples conocimientos de edición.

Hasta no hace mucho los vídeos eran algo diferente, no es que no se pudieran modificar, poderse se podía, pero los medios necesarios para ello y los fallos o resultados poco realistas delataban estas modificaciones: la calidad del resultado no era suficiente. No se podían alterar los vídeos de un modo convincente mas allá de un corta y pega. Gracias a los programas de edición gráfica y más actualmente a la inteligencia artificial (IA) todo eso pasó a la historia. Hay que matizar que estamos hablando de modificar un vídeo ya grabado, y no de grabar diferentes vídeos que mediante cromas y otros efectos permitan generar otro nuevo vídeo, como se hace con los efectos especiales en las películas de cine. Hoy en día con el avance de los programas de edición se pueden modificar tanto imágenes como vídeos con un nivel de detalle increíble. Y esa edición que antes se hacía de modo manual ahora se hace de un modo automático y con mayor realismo.

A día de hoy habrá poca gente que no haya oído hablar de los “deepfake”, vídeos en los que mediante algoritmos de IA se sustituyen las...