2017 fue el año del Millennial Pink. La moda, el diseño, el interiorismo, y las artes gráficas se rindieron por completo ante este color osado, alegre, atrevido y a la vez relajante. Hasta entonces, el rosa había quedado relegado a chicas, niñas, espacios femeninos y privados, pero por fin, esta tonalidad inspiradora vive en libertad y nos rodea por donde quiera que vayamos y miremos. Hoy, en pleno 2019, encontramos este color en el hogar sin ningún tipo de complejos, y para aquellos que todavía puedan mostrar alguna reticencia, vamos a analizar las ventajas que el rosa aporta a nuestra casa.
El color rosa es un color relajante que influye en los sentimientos invitándolos a ser amables y positivos. Lo mismo sucede con los ambientes, donde estas sensaciones se transmiten por medio de la decoración, el mobiliario y las superficies. Este color se asocia directamente con las tonalidades pastel, por eso es ideal para dar luminosidad al ambiente y a la vez darle personalidad.
Finalmente, emplear este color en nuestro hogar supone crear propuestas decorativas y de diseño muy interesantes. El rosa se ha convertido ya en el nuevo color neutro, pudiendo combinarse con infinidad de colores, estilos y tendencias.  Permite originalidad en los espacios, que se transforman en escenarios únicos y que ya no se ajustan a un género o perfil determinado.

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