Lo sé, mañana es San Valentín y yo vengo hablando de radios. Es que hoy precisamente se celebra por primera vez el Día Internacional de la Radio, parece que se han empeñado en señalar todos y cada uno de los días del calendario para recordarnos esto y aquello (que si día de los enamorados, el de la madre, del padre, de la lucha contra enfermedades diversas, día del trabajador y no sé cuántas cosas más). Yo sigo en mis trece, está bien recordar las cosas importantes, pero mejor intentar hacerlo todos los días del año. En esta ocasión se trata de reconocer al medio como el más universal a la hora de informar, así lo citan en el diario El Mundo (podéis leer la noticia aquí).
Soy muy fan de la radio pero la verdad es que por circunstancias, ahora la escucho mucho menos que antes. A veces pienso que podría ponerme música mientras estoy frente al ordenador, pero la realidad es que no me concentro, mi mente se va a la canción y no me salen las palabras (menos aún si se trata de leer). Así que ahora poco más o menos que la escucho sólo cuando voy en coche. Al margen de su funcionalidad, me encantan como elemento decorativo. Es una pena que prácticamente hayan desaparecido de todas las casas, ya que han sido suplantadas por los avances tecnológicos. Todos usamos el móvil, la tablet o el ordenador para escucharla, pero yo soy una romántica y a mí las que me gustan son las de toda la vida. Para los que como yo nos aferramos a la belleza del pasado, aún...