Este modesto post “ultima entrega de la trilogía” de un verano en blanco, nos lleva a lugares con mucho encanto, entornos costumbristas y acogedores donde el blanco es el autentico protagonista. En el interior o en la costa, siempre pensando en potenciar la personalidad de la residencia del verano mas autentico, sencillo y familiar, de las casas de las vacaciones de nuestra añorada niñez, nos recuerdan el color de la cal y nos hacen sentir nostalgia de los días de libertad y las noches de verbena.

Con la rehabilitación de casas rurales en color blanco se consiguen atmósferas únicas que actualizan la decoración rústica convencional. Las pequeñas piezas de cerámica tradicional como el Raspail, junto a maderas como el Efeso y grandes cementos porcelánicos como el Nassau (de VIVES azulejos y gres) son armas muy útiles para conseguir un resultado clasico-contemporáneo, respetando y conservando la valorada solera que a todos enamora.
Con las tres entradas de un verano en blanco, Cultura Deco pretendía mostrar las inmensas posibilidades de un color de siempre y para siempre en cerámica y las muchas personalidades que se le puede dar al blanco dependiendo en donde y con que lo ponemos.

Os deseamos que paséis muchos y muy buenos veranos en blanco?o?como no? en cualquier otro color.

 
 
 

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