Con factor sorpresa…
Me gusta cuando las cosas no son lo que parecen. Si encuentras una edificación de estas dimensiones lo primero que piensas es que ante ti debes tener, cuanto menos, un casoplón. Nada más lejos de la realidad, al menos en este caso. A pesar de que la propiedad completa sí supera los quinientos metros cuadrados, la realidad es que por dentro, tan sólo hay un apartamento donde conviven salón comedor, cocina y en un nivel superior, el dormitorio y el baño. El resto del edificio está destinado a usos sociales.
El proyecto fue realizado por el estudio de arquitectura Barlis Wedlick en colaboración con su propietario Ian Hague. Lo primero que hicieron fue transportar la estructura de este granero, situado a dos horas de Nueva York, desde una localidad cercana habiéndole aplicado la técnica japonesa ‘shou-sugi-ban’, que consiste en carbonizar la madera (en este caso de cedro) para aportar una mayor protección a la misma, esa característica textura y por supuesto el color negro ceniza. Como curiosidad, en este gran granero podemos encontrar también la primera piscina natural del estado de Nueva York, además de una torre de cedro de tres pisos con sauna en su interior y una segunda planta con un gran porche, donde relajarse y disfrutar de las vistas.
¿Y por qué digo lo de «factor sorpresa» en el título" Realmente no me refería al tipo de construcción, aunque curiosa es, más bien hablaba del impacto visual que me ha causado la barandilla amarill...
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