Soy de esas personas que piensan que en una zona de trabajo que se utilice diariamente como tal debe prevalecer la funcionalidad sobre la estética.  Sin olvidarnos de ésta, claro.  Y más veces que menos, este equilibrio resulta complicado.
Porque una zona de trabajo necesita espacios de almacenamiento y lugares para colocar impresoras y otros objetos estéticamente cuestionables.
Pero además es imprescindible que sea cómoda.  Y casi tan importante como eso, que sea agradable y bonita.
Claudia, del blog Beauty and the chic ha conseguido que su espacio de trabajo, que era fundamentalmente práctico sea además, bonito. Ver su antes y después te puede servir de inspiración para conseguir un espacio que se adapte a tus necesidades y a tus gustos.
Antes y después de una zona de trabajo funcional

Aunque puede parecer que este espacio está situado en una habitación destinada exclusivamente a zona de trabajo, lo cierto es que se trata de una esquina de su dormitorio.  Lejos de facilitar las cosas, esto hace que la necesidad de una estética cuidada sea aún más importante. Fundamental también que sea coherente con el resto de la habitación.
Partiendo de unos muebles oscuros y una pared con papel pintado, se ha optado por añadir claridad de la manera más sencilla.  Pintando las paredes de color blanco y eligiendo también este color para los muebles, en su mayoría de Ikea.
El toque final que da personalidad a esta zona de trabajo funcional son los detalles en...